CÁMARA AMBIENTAL DEL PLÁSTICO

Mercados, economía y empleo

Para nadie es un secreto que los empleos en cualquier país del mundo están íntimamente ligados al desarrollo de su economía. No puede existir empleo si no existe desarrollo económico y, a la vez, no puede existir desarrollo económico si no existe un mercado robusto.

En la antigua Roma, el mercado no solamente era el lugar de la ciudad donde se vendían y compraban bienes como alimentos, joyas, perfumes, telas, inciensos o cerámica; el mercado se convirtió en el epicentro del desarrollo económico de un imperio que duró 14 siglos, gobernando y decidiendo el futuro económico de sus ciudadanos y de miles de provincias a su alrededor.

Esta alegoría histórica representa el único camino que tiene la civilización para lograr la generación de empleo y de riqueza en cualquier sociedad. El mercado puede ser el que genera la bolsa de valores de Colombia; también puede ser el mercado inmobiliario, el mercado de la agroindustria floricultora exportadora de flores al mundo entero o podríamos estar hablando del mercado de los plásticos de un solo uso y de los cientos de miles de empleos que genera para nuestros connacionales.

Después del fenómeno epidemiológico vivido tras la pandemia del Covid- 19, es indudable que las prioridades de la sociedad deben cambiar y que el cuidado y el respeto del trabajo digno y de la generación de empleo deben convertirse en una prioridad para cualquier república democrática.

No obstante, en Colombia, de manera insólita, no seguimos el norte que han fijado las potencias del mundo y que vienen ejecutando hace varias décadas, como lo es la separación en la fuente de manera obligatoria, so pena de altas multas económicas. Esta medida ha logrado no solo el cuidado real del medio ambiente, sino la generación de cientos de miles de nuevos empleos y la construcción de un mercado con mucho más vigor, eficiencia y eficacia en la utilización de los recursos, como lo es el uso de los residuos sólidos en la industria del reciclaje.

En Colombia, en cambio, vemos los residuos sólidos como basura para enterrar en un relleno. Esta contradicción de nuestros gobernantes se sigue materializando hoy a través de la ley 2232 de 2022, que prohíbe los plásticos de un solo uso y pretendía la prohibición de su exportación, demostrando con ello que el empleo de los colombianos no es una prioridad en la escala de valores del Congreso de la República.

Lamentablemente, sin empleo no existe posibilidad alguna de consolidar nuevos, mejores y competitivos mercados para nuestro país, y mucho menos la posibilidad de generar desarrollo económico en pos del bienestar colombiano.

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